En la mayoría de las ocasiones, sin saber muy bien por qué y de forma más o menos repentina, nos encontramos en una realidad ante la que nunca pensábamos que nos íbamos a encontrar. La situación es insostenible y llega el momento de tomar una determinación e iniciar los trámites de divorcio.
Y ahora, ¿Cuáles son los pasos a seguir?
Vías de actuación
En primer lugar, debemos de contactar con un abogado que nos asesore y represente en el procedimiento y vele por nuestros derechos.
Según cuál sea la relación con el otro cónyuge, hay dos formas de tramitar el divorcio, de mutuo acuerdo o de forma contenciosa.
1.1) De mutuo acuerdo: es la forma más rápida de conseguir el divorcio. Ambos cónyuges deben de estar de acuerdo. Es obligatoria la presencia de abogado y de procurador, no obstante, en este caso las dos partes pueden estar representadas por los mismos profesionales. Se interpondrá la demanda de divorcio, acompañada del convenio regulador firmado por ambas partes y posteriormente se citará en el Juzgado para que se ratifiquen en la demanda.
1.2) Contencioso: es una vía que se puede alargar bastante más en el tiempo. En este caso, cada una de las partes debe estar representada por un abogado y un procurador. Se interpondrá la demanda de divorcio, una vez admitida por el Juzgado se dará traslado a la otra parte para que conteste y posteriormente se citará a las partes para la celebración de la vista, en la que se procederá a la disolución del matrimonio y se acordarán las medidas que van a regir a partir de esta disolución.
1.3) Ante notario: a partir de Julio de 2015, puede realizarse mediante escritura pública ante notario, todos aquellos divorcios que sean de mutuo acuerdo, siempre que no existan hijos menores de edad. Esta vía es la más rápida, evitando todo procedimiento judicial, pero es necesario también la presencia de un abogado.
Causas de divorcio
Actualmente ya no existe la obligación de tener que alegar una causa concreta por la que se quiera llevar a cabo el divorcio. Por lo que es suficiente con que una de las partes no quiera continuar con el matrimonio, siempre y cuando hayan transcurrido al menos 3 meses desde que se haya celebrado.
Diferencia entre separación y divorcio
La principal diferencia entre la separación y el divorcio es que en la separación no se produce la disolución del vínculo matrimonial, éste solo queda suspendido, por lo que no se puede contraer matrimonio de nuevo con posterioridad. Existe además en este caso la posibilidad de reconciliación, sin necesidad de realizar ningún trámite previo.
El divorcio supone la disolución de este vínculo matrimonial, se puede contraer matrimonio una vez dictada la sentencia. Si tiene lugar una reconciliación posterior, en este caso hay que distinguir 2 supuesto:
– Que tenga lugar a lo largo del procedimiento: se comunicará al Juzgado y se
extinguirá la acción de divorcio.
– Que tenga lugar una vez dictada sentencia: se debe de celebrar el matrimonio de
nuevo, ya que con la sentencia queda definitivamente disuelto el vínculo
matrimonial.
Qué pasa si una de las partes no tiene los recursos económicos suficientes
En este caso existe la denominada “Litis expensas”, es la posibilidad que tiene la parte que no tiene medio económicos suficientes para afrontar los gastos que conlleva un divorcio, de que estas cantidades sean abonadas por el otro cónyuge. Se tienen que cumplir 2 requisitos:
– Que el cónyuge que la solicita no tenga bienes propios suficientes
– Que la situación económica del otro cónyuge le impida obtener la justicia gratuita.
Cómo se regula la situación de los cónyuges durante el procedimiento
El procedimiento de divorcio, en especial cuando no existe acuerdo entre los cónyuges, suele ser bastante largo, por ello es esencial regular la situación de los cónyuges, y de los hijos menores en su caso, desde que se interponer la demanda y hasta que se dicte la sentencia.
Estas medidas son provisionales y deben de solicitarse con la demanda, posteriormente se citará a las partes a una vista para determinar cuáles son las medidas a adoptar durante este período de tiempo.
Los divorcios son procedimientos largos, en los que existen muchos intereses en juego y que conllevan una gran carga emocional, por ello es necesario un buen asesoramiento tanto legal como psicológico que permita a las partes afrontar esta situación con la mayor seguridad y tranquilidad posible.




